lunes, 16 de mayo de 2016

EMPRESAS DE MEGA GERENTES: MICROSOFT. LOS 10 REQUISITOS PARA SER UN BUEN GERENTE SEGUN BILL GATES

EMPRESAS DE MEGA GERENTES: MICROSOFT.
LOS 10 REQUISITOS PARA SER UN BUEN GERENTE SEGUN BILL GATES
 
 
ARTICULO DEL NEW YORK TIMES SPECIAL FEATURES
 
William Henry Gates III, mejor conocido como Bill Gates, ostenta el reconocimiento de ser una de las mentes más brillantes de la historia y ha sido considerado como el mejor hombre de negocios del siglo XX. Su labor al mando de Microsoft le permitió construir la más poderosa empresa de software de la historia y literalmente cambiar el mundo a través de ella.

En octubre de 1997 se publicó en The New York Times una columna especial en la que Bill Gates compartía los diez requisitos que debe tener todo gerente para dirigir con éxito una organización empresarial.

A continuación te transcribo dicha columna. Es un texto realmente valioso y lleno de lecciones interesantes para aplicar en nuestra labor como emprendedores, empresarios y líderes.




Lunes 20 de Octubre de 1997
 
Hace poco, escribí una columna en la que mencionaba las 10 cualidades necesarias para ser un buen empleado. Eso hizo que algunas personas me preguntaran acerca de los atributos que requiere un buen gerente.
 
Por supuesto, no existe una fórmula mágica para tener una buena gerencia en una empresa, pero si el lector es un gerente, tal vez estos requisitos le ayuden en su tarea...
 
 

 
 
1. Escoja su campo de actividades con gran cuidado. Debe tratarse de algo que le guste. Es difícil ser productivo sin un entusiasmo genuino. Y eso se aplica tanto a un gerente como a un empleado.
 
2. Contrate con cuidado y esté dispuesto a despedir gente. Usted necesita contar con un equipo fuerte, pues un equipo mediocre solo obtiene resultados mediocres, sin importar la calidad del gerente.
 
Un error muy común es mantener en la empresa a un empleado que no rinde lo suficiente. Es fácil mantener a esa persona en el trabajo, pues no hace las cosas demasiado mal. Pero un buen gerente se encargará de reemplazar a esa persona o de transferirla a un sector donde pueda tener éxito sin ambigedades
 
3. Debe crearse un medio ambiente productivo. Se trata de un desafío muy especial, pues requiere de diferentes métodos según el contexto.
 
En ocasiones se puede aumentar la productividad dando a cada persona su propia oficina. En otras, mudando a todas a una sola oficina. A veces, es recomendable ofrecer incentivos financieros. Por supuesto, existe la alternativa de combinar métodos.
 
Un elemento que casi siempre aumenta la productividad es ofrecer un sistema de información que brinde más poder a los empleados. Cuando fundé Microsoft, me propuse crear un medio ambiente donde los diseñadores de programas para computador pudieran prosperar.
 
Quería una compañía donde los ingenieros desearan trabajar en equipo, compartir ideas, y estuvieran altamente motivados. Si yo no hubiera sido un experto en programación de computadores, nunca hubiera logrado mi objetivo.
 
 
 

4. Defina lo que usted considera algo exitoso y la manera como sus empleados pueden medir sus logros. Los objetivos deben ser realistas. Los cronogramas de proyectos, por ejemplo, deben ser establecidos por las personas que hacen el trabajo. Una persona aceptará un plazo que ha contribuido a establecer, pero se mostrara renuente acerca de un cronograma impuesto por ejecutivos que ignoran las cosas en el terreno. Objetivos inalcanzables solo sirven para socavar una organización.

En mi empresa, además de las reuniones regulares de equipos y de los diálogos entre gerentes y empleados, utilizamos el correo electrónico de manera regular para comunicarles a los empleados lo que esperamos de ellos.
 
Si un cliente elige el producto de otra compañía en vez del nuestro, analizamos la situación con cuidado. Le decimos a nuestro personal:
"La próxima vez debemos ganar. ¿Cómo podremos lograrlo? ¿Qué se requiere?''
Las respuestas a esas preguntas ayudan a definir lo que consideramos como un éxito.
 
5. Para ser un buen gerente, usted tiene que sentirse cómodo en compañía de otras personas y ser eficaz al comunicar sus ideas. Eso es muy difícil de simular. Si usted no disfruta genuinamente de la presencia de otras personas, le sera difícil conducirlas por la senda que ha elegido.
 
Debe alentar a su personal a que le diga qué es lo que está ocurriendo de manera cotidiana, tanto lo bueno como lo malo.
 
6. Desarrolle la capacidad de sus empleados para que puedan hacer su trabajo inclusive mejor que usted. Enséñeles lo que ha aprendido. Por supuesto, hay gerentes que temen hacer eso porque se sienten amenazados.
 
¿No estarán entrenando a su futuro reemplazante?
 
Si usted se siente preocupado por eso, pregúntele a su superior: "Si entreno a alguien para que haga mi trabajo muy bien, ¿hay otros desafíos para mí o no?''
 
En una empresa próspera, siempre hay necesidad de nuevas iniciativas y de buenos gerentes.
 
 

 
 
7. Fortalezca la moral de su personal. A los empleados no les gusta trabajar exclusivamente para que los gerentes se cubran de gloria.
 
Deben sentir que son importantes, que sus decisiones cuentan. Si usted obtiene grandes resultados, todas las personas involucradas en su proyecto deben compartir los logros.
 
8. Asuma proyectos por su cuenta. Un gerente no solo debe comunicarse con su personal. También debe demostrarle que es capaz de emprender tareas difíciles. Eso servirá de ejemplo a sus subordinados.
 
9. No adopte dos veces la misma decisión. Es mejor que dedique una buena cantidad de tiempo para adoptar una decisión sólida la primera vez. Los empleados odian un gerente indeciso.
 
Por supuesto, eso no significa que usted deba adoptar decisiones cada vez que le planteen un problema, o que no acepte revisar una decisión cuando sea necesario.
 
10. Infórmele a su personal a quién se debe complacer. Puede ser usted, puede ser su superior inmediato, o tal vez alguien que trabaja para usted.
 
Si los empleados ignoran las prioridades en ese terreno, se puede paralizar una organización.
 
No pretendo que este sea el único método que deba utilizar un gerente para tener éxito, o que sea el mas importante. Hay muchos otros.
 
Por ejemplo, hace apenas un mes recomendé a líderes empresariales que exigieran a sus empleados darles primero las malas noticias. Sin embargo, creo que estas diez recomendaciones pueden ayudar a un gerente a realizar mejor su labor.
 
 

 
 
Puede enviar preguntas a Bill Gates por correo electrónico a la dirección electrónica askbill@microsoft.com. Si lo prefiere puede utilizar el correo normal. La dirección es New York Times Syndicate, 122 East, 42nd Street, 14th Floor, New York, N.Y. 10168.
 
TRADUCIDO POR: JAVIER DIAZ
SUBIDO POR: DANIEL RANGEL ROJAS
 


lunes, 2 de mayo de 2016

EL PODER DE UNA VISION (VIDEO)

EL PODER DE UNA VISION 
(VIDEO)
Autor: Joel Barker




 
 
 
El enlace que verá a continuación lo llevará hacia el video de Joel Barker que trata a cerca de la visión.

Es un viejo, pero excelente video en que nos habla de lo importante y del poder de tener una visión clara de lo que se quiere.

Espero les guste.

Daniel Rangel Rojas
 
 
 

COMO TRATAR A UN EMPLEADO CONFLICTIVO

CAPITAL HUMANO

COMO TRATAR A UN EMPLEADO CONFLICTIVO
 
 
 
Tener un trabajador conflictivo en la empresa puede costar dinero, sudor y lágrimas a la organización y también al resto del equipo. Por eso es importante identificarlos a tiempo y, sobre todo, aprender a gestionarlos.
 
 
 
Sabías que los buenos empleados tienen un 54% más de probabilidades de marcharse si trabajan con personas tóxicas, sobre todo en equipos de menos de 20 personas? Eso es, al menos, lo que revela el estudio Toxic employees in the workplace, de Cornerstone. De manera que el coste de tener a una persona conflictiva es hasta tres veces mayor que tener a uno que no lo es (por el coste que supone buscar, seleccionar y reponer a los que se van).
El informe va todavía más allá, afirmando que la presencia de una manzana podrida puede rebajar la productividad del resto del grupo entre un 30% y un 40%. Aunque es cierto que, según el último Ranstad Workmonitor, el 73% de los españoles se muestra satisfecho con su trabajo, aún hay un 27% que no lo está y que es susceptible de convertirse en un trabajador problemático.
 
El quid de la cuestión
En este asunto es importante sentar las bases de un concepto clave: ¿qué es un empleado conflictivo? La tendencia generalizada tiende a categorizarlo como aquel que, voluntaria o involuntariamente, provoca disfunciones en el desarrollo normal del trabajo, bien porque no alcanza los resultados deseados y/o bien porque plantea problemas de comunicación o relación con su entorno. Ahora bien, en esta acepción conviene hacer dos matizaciones: una, como bien señala Ceferí Soler, profesor de Dirección de Personas de ESADE, “las personas no son conflictivas todo el tiempo, sino que hay áreas o momentos de su vida en las que lo son y otras en las que no”. Y dos, “todos podemos ser conflictivos en algún momento, porque muy a menudo es una conflictividad más situacional que de personalidad”, enfatizan Jesús Manuel Mena y David Ortega,  profesores de EAE y socios de Quid of Talent.
 
Las causas más habituales por las que surge la conflictividad podríamos englobarlas bajo estos epígrafes:
 
Demasiado brillante para este puesto. “La empresa necesita talento y este talento a menudo es difícil de gestionar, especialmente por parte de quien no tiene talento”, recuerda Carlos Alberto Pérez, director del Máster en Dirección de personas y desarrollo organizativo de ESIC. Es un poco como lo que proclamaba recientemente en una entrevista la actriz Silvia Munt, “soy muy mala obedeciendo, especialmente si me mandan mal”. Y es que, una cosa es el conflictivo-constructivo, en denominación de Ernesto Herrero, director de Desarrollo Institucional de Coachesgroup, y otro el conflictivo-negativo o conflictivo a secas.
 
“El primero es aquel que resulta problemático porque se opone a lo que el directivo espera que él haga, pero, en realidad, su oposición puede estimular cambios y mejoras que sean beneficiosos para la organización”. “Normalmente son gente brillante con una importante dosis de ego, posiblemente complejos en las relaciones sociales, pero muy efectivos en su trabajo”, afirma Ovidio Peñalver, socio de Isavia Consultores y autor de Emociones colectivas. Pecan a menudo de narcisistas y muchas veces son intratables. Un ejemplo televisivo sería el doctor House o Sheldon Cooper de The Big Bang Theory.
 
No doy más de mí. Éste ya entraría en la categoría del conflictivo-destructivo. El “no doy más de mí” sería el incompetente puro y duro y, como recuerda Pilar Jericó, presidenta de Be Up, “el que puede llegar a convertirse en un lastre para el resto del equipo porque a la gente buena le molesta estar con los que no dan la talla, y eso crea conflicto”. Aquí se engloban esos personajes que dicen a todo que sí, pero que nunca cumplen; los que se escaquean; el que se cuelga medallitas ajenas; el que obstaculiza el trabajo general… Homer Simpson puede ser un referente.
 
Hoy no estoy motivado; mañana tampoco. La desmotivación es uno de los grandes gérmenes de conflicto. A menudo está provocada por algún tipo de revés o desprecio sufrido por el trabajador, bien porque no se le ha promocionado como consideraba, porque se ve estancado; porque se le ha ninguneado o no se tienen en cuenta sus aportaciones… Ya menudo esta desmotivación se traduce en desidia en el trabajo, negatividad, falta de comunicación, de implicación, ausencia de compromiso, apatía... En muchos casos, se sitúan en el lado hostil para forzar a la empresa a un despido. Un caso extremo es el del personaje de Christian Bale en El maquinista, que acaba provocando un grave accidente de trabajo y conflictos con sus compañeros.
 
De qué se habla que me opongo. Es lo que Herrero denomina El boicoteador, aquel que por sistema está en contra de todo lo que plantea la dirección. Muchas veces las razones hay que buscarlas en un afán de notoriedad, un liderazgo mal entendido o incluso un victimismo. “Se le puede reconocer porque asume el papel del salvador del grupo, porque suele ejercer un liderazgo indirecto basado en su oposición y por su visión negativa”, explica Juan Valera, consultor especialista en Gaming Empresarial. Alguno de los comportamientos más habituales de esta categoría sería el decir a todo que no, ocultar información, desprestigiar el trabajo ajeno o a la compañía, tener problemas para aceptar la autoridad, filtrar datos confidenciales e, incluso, desarrollar cierta agresividad hacia el entorno.
¿Comportamiento habitual o repetitivo?
Hemos tratado las razones más habituales que están detrás de una actitud conflictiva, pero, antes de tomar medidas, conviene revisar, por un lado, si se trata de un comportamiento ocasional o si es algo repetitivo y, por otro, si la identificación del trabajador como conflictivo se apoya en datos objetivos o es una simple apreciación subjetiva. Para evitar este sesgo, lo más recomendable es sondear al resto del equipo y estar atento a alguna de estas señales. Mena y Ortega dividen los síntomas en tres categorías en función de las áreas que más se ven afectadas:
 
Comunicación. Actitudes de rechazo o quejas, estilos de comunicación agresivos, aumentan los rumores, los chismorreos y la mentira, la información no fluye como debería, no hay transparencia…

Productividad. Hay un incumplimiento reiterado de procedimientos, horarios, formas de hacer; se producen cuellos de botella; la calidad de los trabajos baja y hay que rehacerlos continuamente…
 
Trabajo en equipo. Si tiene personas a su cargo, descontento, bajas laborales, malestar físico, rotación y absentismo excesivo, caída del rendimiento del equipo; descontrol y desorganización; se apropian de méritos ajenos; individualismo…
 
Para detectar objetivamente estas disfunciones, lo mejor es que optes por tres herramientas: la evaluación del desempeño, las encuestas de clima laboral y las dinámicas grupales.
 
AUTOR: ISABEL GARCIA MENDEZ
PORTAL: EMPRENDEDORES.ES
SUBIDO POR: DANIEL RANGEL ROJAS