lunes, 2 de abril de 2018

GUÍA PARA APRENDER A REGATEAR (parte 1)

Guía práctica para aprender a regatear

En tiempos revueltos, los negociadores aprietan las tuercas, sobre todo en lo que a precio se refiere. Por eso en el cara a cara entre empresa y cliente, el regateo se convierte en todo un arte cuyas técnicas explicamos con detalle en las siguientes páginas. Te contamos desde cómo negociar un descuento a cómo rebatirlo e incluimos algunas estrategias que bien aplicadas hace ganador a quien las pone en práctica.




No aceptes una rebaja, sin más

En los tiempos que corren, todo el mundo se apunta a pedir rebajas de servicios y productos: que si las cosas están muy mal, que si todos los precios han bajado, que si no hay liquidez… Los argumentos son variopintos, pero en el fondo lo que subyace es una realidad y una excusa. La realidad es que efectivamente la actual situación económica nada tiene que ver con la que hace cuatro años permitió disparar las tarifas de muchos servicios. La excusa es que, apro­vechando el río revuelto, los hay que aprietan las tuercas, en algunos casos sin escrúpulos, para obtener duros a pesetas, que decían nuestros abuelos.
El precio es siempre una de las principales objeciones de cualquier proceso comercial, por eso noso-tros hemos querido extraer las pautas que mejor te pueden servir tanto para negociar un descuento como para rebatirlo.
Prepara tu actitud
A la negociación debes llegar con una actitud en la que se mezclen la frialdad y la calidez. Como defiende Juan Carlos Alcaide, director del Instituto de Márketing de Servicios, “deberás relacionarte con las personas combinando esas dos actitudes. Frialdad porque no debes implicarte personalmente y cálido porque has de intentar establecer una relación a largo plazo”. Es decir, intenta ser cordial, correcto y educado, pero teniendo muy claro que la respuesta del otro nunca es nada personal y que, por tanto, nunca debes perder los papeles.
Piensa en el largo plazo
Incidiendo en la idea previa, el regateo puro y duro no se sostiene en una relación comercial sólida y duradera. Si conseguimos un descuento injusto o sin contraprestación aparente, corremos el riesgo de que nuestro interlocutor no nos haga un buen servicio o que queden flecos colgando. Y, por el contrario, si aceptamos un descuento sin ningún tipo de contra prestación estamos también condenando esa relación a una temporalidad necesariamente breve.
Como sostiene Alejandro Martínez, profesor de la escuela de negocios ESIC y director de Tdsystem, “aceptar una rebaja sin más perjudica notablemente nuestra imagen. Por un lado, porque transmitimos la impresión de que hemos inflado el presupuesto y, por otro, porque reflejamos que somos muy sensibles a la presión del cliente, con lo cual vamos a establecer una relación en la que continuamente nos va a estar regateando los precios”.


Cómo se negocia un descuento


Cuando seas tú quien quiere negociar ese 10% de descuento que tanto deseas para ajustar tus cuentas, te aconsejamos las siguientes pautas.
ANTES DEL ENCUENTRO
Recaba toda la información que puedas sobre la empresa, el producto, el sector y la competencia. Es importante saber cómo ha afectado a la empresa la crisis, si hay escasez o exceso, cuántos competidores tiene…De manera que puedas llegar a la reunión conociendo todos los antecedentes posibles. No es lo mismo, por ejemplo, ir a un concesionario a comprar un coche conociendo todos los descuentos de los que ahora mismo es posible beneficiarse que sin conocerlos, porque en el segundo caso podemos caer en trampas típicas del vendedor y no llegar a la prima a la que realmente podemos optar.
AL EMPEZAR LA REUNIÓN
Escucha con atención: cualquier frase o comentario del contrario puede servir de tabla a la que agarrarse para pedir una rebaja. Muéstrate reservado, serio y profesional escuchando la oferta del otro. Ponte en su lugar, para que te sea más fácil recabar información. Intercala de vez en cuando algún “ya veo”, “entiendo”, “claro”. Fíjate en sus gestos y su forma de hablar, y adecua tu lenguaje al suyo.
Pregunta, insistiendo en lo negativo: antes de pasar a pedir un descuento, pregunta, pregunta y pregunta. Alcaide recomienda destinar el 80% del tiempo de la negociación a esta fase. Interésate por todas las peculiaridades del servicio o producto e insiste, especialmente, en aquellas características que pueden restarle valor. Muestra cierta decepción con alguna de las respuestas.
No infravalores la propuesta, pero no muestres entusiasmo. Es necesario escuchar con respeto la propuesta, aunque puedes jugar con ciertos gestos, muy comedidos eso sí, de desinterés o de no ser lo que andas buscando. Repite la propuesta que te han hecho en alto para que el otro refrende el planteamiento. A continuación pasa con frialdad, pero sin descortesía, a hacer tu contra propuesta.
TU CONTRA PROPUESTA
Plantea tu petición con criterios objetivos: apela al tiempo de relación, a la situación general, ofrece posibles alternativas (formas de pago, promesas de relaciones futuras) para conseguir un descuento. Vete más allá del precio puro y duro, apela a todo el valor de la operación que complementan al precio, plazos de pago... Haz tu planteamiento en plural para implicar al otro en la resolución del problema y juega con la utilización de los condicionales y las conjunciones adversativas: pero, sin embargo, aunque...
“Quizás estaríamos interesado en contratar este servicio, pero sería necesario revisar las condiciones.”
“Estaríamos dispuesto a firmar el contrato la semana que viene, si alcanzamos un precio más ajustado”.

Claves útiles para pymes

Por desgracia para las pymes, lo normal es que estén en el otro lado de la balanza: en el platillo del que ofrece el servicio y al que piden el descuento. Por eso queremos hacer especial hincapié en este punto.
LISTADO DE PUNTOS A FAVOR
Como dice Jay Conrad en Televenta de guerrilla, la objeción del precio está más en la cabeza del vendedor que en la del cliente. En este caso nos enfrentamos a un potencial cliente que nos pide un descuento, pero casi siempre es posible rebatirlo con el ofrecimiento de un producto mejor. Para ello es necesario elaborar una lista de aquellos elementos que confieren un valor añadido a tu propuesta. Si al cliente le dejas claro que le vas a ahorrar tiempo y quebraderos de cabeza, es posible que el ahorro de coste le importe menos. 
UTILIZA CRITERIOS EXTERNOS DE LEGITIMIDAD
A la hora de discutir una rebaja, nunca recurras a criterios subjetivos, eso siempre puede rebatirse. A pela a criterios objetivos: normas jurídicas, valor de mercado, la jurisprudencia, la cartera de clientes. “Debes buscar razones justas e independientes porque sólo pueden rebatirse con otros argumentos objetivos”, insiste Costa. Aunque a la hora de plantear la objeción usa al truco lingüístico de argumentar desde el yo. Es decir, nadie te puede discutir que no es política de tu empresa ofrecer rebajas a un cliente y a otro no. Pero si tu planteamiento es que los otros clientes pueden ofenderse, pueden argumentar que no tiene por qué saberse... “Aléjate al máximo de valoraciones sin fundamento”, dice Mercedes Costa, directora del Centro de Negociación y Mediación del IE.
ANALIZA AL CLIENTE
Es necesario calificar al cliente antes de tomar una decisión sobre la posibilidad de realizarle un descuento o no: cómo de bueno puede ser para mí, tiene proyección de negocio a futuro, ocupa una posición importante dentro de un entramado social que me pueda interesar… “Debes pensar en el cliente como un nodo de información frente a su red de contactos”, apunta Jaime Castellón, profesor de Dirección Comercial de Esade.

PARTE 1
TOMADO DE LA PAGINA: http://www.emprendedores.es/gestion/tecnicas-de-regateo-negociacion
SUBIDO POR: DANIEL RANGEL ROJAS

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